¿Le vendería usted a un menor una bebida energética?
La pregunta sorprendió al empleado de un drugstore ubicado a pocos metros de la plaza Urquiza, muy cerca de varios establecimientos escolares.
“Con frecuencia vienen adolescentes y los compran”, cuenta Mariano Fernández, el vendedor. A su espalda, en una heladera exhibidora, se observan hasta cuatro marcas distintas de energizantes en latas.
¿Para qué las consumen?
“Yo las uso mucho cuando estoy estudiando. Ahora, por ejemplo, que corro el riesgo de quedar de curso y necesito energía para las cinco materias que debo rendir”, cuenta Lautaro (16). Sus compañeros -todos sentados bajo la sombra de un gomero en la plaza de barrio Norte- también confiesan que suelen consumir bebidas energizantes.
Si tienen que estudiar, para ir al gimnasio y, principalmente, para salir los fines de semana, mezclados con alcohol. Esa peligrosa combinación se ha convertido en una moda que, según los expertos, puede derivar en serios problemas para la salud de los adolescentes.
Año a año aumenta el consumo de este tipo de bebidas con cafeína. Se estima que en el país se venden más de 100 millones de latas al año (25 millones de litros). ¿Hay que restringir o controlar más la comercialización de estos productos? es la pregunta que se instaló esta semana, cuando el Defensor del Pueblo adjunto General de Buenos Aires, Walter Martello, propuso incrementar las sanciones contra aquellos comercios, boliches o locales nocturnos que comercializan bebidas alcohólicas con energizantes. Por una infracción de este tipo, las multas en esa provincia son de $ 5000.
En Tucumán, donde se registran los mayores índices de consumo de energizantes con alcohol entre los adolescentes, hay una ordenanza que prohíbe en la capital la venta de estas bebidas a menores de 18 años. La norma data de 2005 y, al parecer, nunca fue aplicada. LA GACETA consultó a 10 locales y ninguno estaba al tanto de la disposición. Oscar Gramajo, titular de la Dirección de Control Ambiental y Bromatología (repartición que debería aplicar la norma), admitió que no realizan controles de este tipo. Aventuró que tal vez la ordenanza no haya sido nunca reglamentada.
La última encuesta hecha por la Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) entre estudiantes secundarios mostró que Tucumán es la provincia en la que los jóvenes más consumen energizantes con alcohol: más del 60% de los estudiantes de nivel medio se embriaga y ocho de cada 10 mezclan alcohol con este tipo de bebidas que contienen cafeína y taurina, entre otros ingredientes.
Entre los 13 y los 16 años, los energizantes aparecen como la bebida más consumida. El 70% la ha probado alguna vez a esa edad. ¿Hay que preocuparse por estas cifras? Consultamos a dos toxicólogos, Alfredo Córdoba y Gustavo Marangoni, sobre el tema y los especialistas fueron contundentes. Dijeron que debemos alarmarnos, los padres tienen que hablar con sus hijos y las autoridades deben hacer campañas de concientización y regular la venta de estas bebidas.
Apostillas
¿qué contienen?.- Los energizantes tienen entre tres o más ingredientes, entre los cuales figuran: taurina, cafeína, ginseng, guaraná, carnitina y una elevada concentración de carbohidratos bajo la forma de glucosa, sacarosa y fructosa. Según los especialistas, la combinación de estas sustancias es lo que hace potencialmente riesgosa a esta bebida.
qué dice la ordenanza 3.603.- La norma, que fue aprobada por el Concejo Deliberante capitalino en 2005, prohíbe la venta de energizantes a menores de 18 años. Fija un régimen de multas que varían entre $ 500 a $ 1000 para aquellos comerciantes que no cumplan con la disposición. La autoridad de aplicación, según el artículo 3, la actual Dirección de Control Ambiental y Bromatología.
suplementos dietarios.- En noviembre de 2000 y por disposición N° 6611/2000 de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), se aprobó la comercialización de las bebidas “energizantes” como suplementos dietarios, contempladas en el artículo 1.381 del Código Alimentario Argentino (CAA).
intento frustrado en 2010.- En 2010, el concejal Raúl Pellegrini presentó un proyecto para prohibir la venta de bebidas energizantes en locales de diversión nocturna, como, por ejemplo, bares, pubs, confiterías bailables, discotecas, boites o night clubs, confiterías con espectáculos en vivo, salones o lugares para espectáculos eventuales. Entonces, los vendedores de energizantes plantearon que las bebidas por sí solas no hacen mal, sino cuando se mezclan con alcohol y que, en todo caso, también debería prohibirse el alcohol.
hace más de 10 años.- Según las las encuestas de tendencias de consumo, que realizó durante muchos años la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Bioquímica de la UNT, los energizantes comenzaron a aparecer asociados a la movida nocturna tucumana entre 2005 y 2007. Al principio, los jóvenes calificaban estas bebidas como tranquilizantes, cuando en realidad son estimulantes. Desde esos tiempos, la toxicóloga Susana Ponce de León, viene advirtiendo: “la mezcla de energizantes con alcohol es una amenaza, ya que pueden desencadenar acidez, insomnio, hipertensión, hipoglucemia, convulsiones, arritmia u otros males cardíacos e inclusive muerte súbita”.